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Matriz de Intercambio Mundial e Interfaz Kinética

Santa Sabbat Mártir

Santa Sabbat Mártir La Cruzada de los Mundos de Sabbat ha llegado a un punto de inflexión. El ejército del Señor de la Guerra Macaroth está demasiado extendido y combate en demasiados frentes, pero la retirada no es una opción; eso sólo daría ventaja al archienemigo. Es una situación delicada, donde un solo golpe de efecto puede decantar la guerra en una u otra dirección, y lograr en un solo movimiento una ventaja que ni siquiera una fuerza de conquista planetaria sería capaz de conseguir.

 

El arconte Urlock Gaur, Señor de la Guerra y favorito de los Dioses del Caos, encomienda a uno de sus mejores lugartenientes, Enok Innokenti, la captura del mundo de Herodor, un planeta fronterizo, sin apenas relevancia estratégica, que se ha convertido de la noche a la mañana en el centro de todas las miradas de la Galaxia. Al parecer, Santa Sabbat, la guerrera divina que derrotó al Caos seis mil años atrás, se ha reencarnado para ayudar a la Humanidad en esta hora de desesperación. La misión de Innokenti es asesinar a la santa, y con ello conseguir el impulso definitivo para aplastar la resistencia humana.

Pero Santa Sabbat no está sola. Los Fantasmas de Gaunt son llamados a Herodor para convertirse en su guardia pretoriana. Ignorantes de su destino, y del papel que han de desempeñar en el curso de los acontecimientos, el Primero y Único de Tanith se enfrenta a una guerra imposible de ganar: superados ampliamente en número, asediados en Ciudad Beati, su única esperanza reside en la osadía del archienemigo, quien, como suele decirse, ha puesto todos los huevos en la misma cesta.

¿Habrá arriesgado demasiado en su ansia por matar a la santa? ¿Conseguirán los Nueve enviados traerle la cabeza de la santa a su Amo, Enok Innokenti? ¿O, por el contrario, los Fantasmas de Tanith demostrarán ser un hueso demasiado duro de roer, incluso para el temible primer lugarteniente de Urlock Gaur?

Cuando uno se dispone a criticar una franquicia (Dragonlance, Warhammer, etc.) no puede hacerlo como si se tratara de una obra de Borges. Hay que mantener la perspectiva: saber a qué público va destinada, conocer los objetivos de la novela, y saber analizar si los cumple. Normalmente este tipo de libros son de consumo rápido, destinado a los fans de un determinado juego/serie/película, y su calidad, en términos generales, roza el aprobado justo.

Dan Abnett coge ese límite, se lo echa al hombro, y lo lleva varios kilómetros más allá.

Normalmente, la gran baza de los libros de Warhammer 40.000, y los de Games Workshop en general, es la inmediatez, la recreación de batallas épicas sin escatimar florituras, artificios y frases contundentes. Sangre, casquería, actos heróicos, viles traiciones y juramentos ominosos. Pero este, afortunadamente, no es el caso.

El acierto de Abnett es basar la historia en los personajes, y narrarla bajo su punto de vista. Construir unos personajes sólidos como la roca, con personalidades únicas e intransferibles, y hacerlos interactuar en el marco de una guerra a escala galáctica. Así, lo mejor de sus libros no son las escenas de batallas (realmente soberbias, bien narradas y con el punto de tensión justo), sino descubrir cómo actúan los personajes, cómo reaccionan y se relacionan entre ellos y con el entorno.

Despoja al universo de WH40K de toda la parafernalia tecnológica y lo devuelve a la base, a la raíz: un universo en guerra eterna. Y la guerra es sucia, traidora y cruel. Abnett no tiene reparo alguno en matar personajes (aunque sin llegar al sadismo de Martin), tensando aún más la cuerda pero sin llegar a romperla.

En definitiva, un libro (y una serie, la de La Cruzada de los Mundos de Sabbat) más que recomendable, y no sólo para los aficionados al trasfondo del juego de Games Workshop. Raras veces podemos encontrar tanta calidad en un título que, a priori, no despertaría demasiado interés.

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